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jueves, 9 de junio de 2011

La derecha y sus medios mantienen la ofensiva contra Dilma Rousseff

La oposición y los principales diarios le exigen a la presidenta que “asuma” el gobierno y rompa con la “tutela” de su mentor, Lula da Silva. La embestida conservadora podría costarle al gobierno al menos otro cambio en el Gabinete.

Con la eyección de Antonio Palocci, Dilma Rousseff logró descomprimir la ofensiva política y mediática que la tiene a maltraer desde el 15 de mayo pasado. El establishment le dejó en claro a la presidenta brasileña que no se contenta sólo con la cabeza de su jefe de Gabinete. El reclamo de mayor diálogo podría derivar en las próximas horas en la renuncia de otro ministro.
Sin embargo, el pedido mordaz y reiterado de que la mandataria “asuma” el gobierno, que no es otra cosa que alejarse de su mentor Lula da Silva, parece que no se concretaría a corto plazo, ni tampoco a largo.
“La líder desapareció”. “La crisis puso en jaque la autoridad política de la presidenta”. “El 7 de junio –día que renunció Palocci– es una segunda chance para que Dilma ‘asuma’ el gobierno”. “Ella mostró que depende de Lula”. “Es una presidenta tutelada”. “¿Saben qué sucederá con el gobierno ahora? ¡Nada!”
La mayoría de los análisis y editoriales de los medios concentrados saludaron en pocas líneas la caída del jefe de Gabinete. Acto seguido, apelaron a un tono sombrío para intentar sacar más concesiones a la mandataria.
Quien tendría las horas contadas, según informaron Folha de São Paulo y O Globo, es el ministro de Relaciones Institucionales. Luiz Sérgio –de él se trata– maneja en lo formal el vínculo del Planalto con el Congreso. Formal, porque el principal negociador ante los parlamentarios era el hasta ahora todopoderoso Palocci. Lo cierto es que el desgaste que sumaron el PT y el PMDB, su principal aliado, en medio de la crisis, podría obligar a Dilma a modificar la articulación política y designar un nuevo operador. Sobre todo, porque Gleisi Hoffman –la novata pero ascendente remplazante de Palocci– llevará su perfil técnico a la jefatura de Gabinete.
Sérgio fue blanco de críticas por la descoordinación entre los poderes Ejecutivo y Legislativo. Fue la sanción parcial de Código Forestal lo que dejó en evidencia ante la opinión pública y los actores económicos dominantes, como la agroindustria, las diferencias en el seno del oficialismo. Una grieta por la que podrían colarse otros reclamos corporativos contrarios a las estrategias del gobierno, justo cuando Brasil está decidiendo el futuro de inversiones multimillonarias en materia de infraestructura, energía y obra civil.
Además, Sérgio fue acusado de estar maniatado ante la escasa predisposición de Dilma a someterse al lobby del Congreso. Un dirigente del PT le dijo a O Globo: “Si no cambian las atribuciones de Relaciones Institucionales, dándole autonomía, ¿quién tendrá el coraje de asumir y poner ahí (en el Congreso) cara de payaso?”. Cândido Vaccarezza, diputado “petista” por San Pablo y uno de los líderes del gobierno ante el Congreso, suena como remplazante. Hay quienes apuestan a que el PMDB se alzará con el ministerio. Sería el séptimo. Por ahora, este partido se quedó con la vacante que dejó Hoffman en el Senado. El sistema de votación nominal de Brasil colocó a un “peemedebista” como primer suplente de la ex representante de Paraná.
Fieles a sí mismos, los llamados “mercados” no mostraron desánimo por el cambio de figuras, pese a que Palocci fue, hasta anteayer, un interlocutor privilegiado de ellos. La Bolsa de San Pablo experimentaba una leve baja a media tarde, pero los expertos no lo atribuían a las turbulencias de Brasilia. En cambio, para algunas figuras del principal partido de la oposición, el derechista PSDB, vendrán crisis de “mayores proporciones” en el futuro. Quizás pensaban en el supuesto fin del mundo que, según dicen, acontecerá en 2012. (Fuente: Tiempo Argentino).

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