Culminó ayer el foro agrícola del G-20 con resultados poco nítidos en cuanto a la solución de fondo de la crisis mundial de alimentos, aunque se alcanzó un acuerdo primario para no objetar las restricciones a las exportaciones agropecuarias.
Además, hubo un fuerte contrapunto entre la postura de Gran Bretaña, y la posición de la Argentina, que fue apoyada por el BRIC (Brasil, Rusia, China e India) e Indonesia. A través del ministro de Agricultura, Julián Domínguez, la Argentina sostuvo su posición contraria a la regulación de precios de los commodities agropecuarios, mientras que Gran Bretaña propuso incorporar en el texto que las restricciones a las exportaciones de cereales son la causa de la volatilidad de los precios.
En este contexto, el funcionario argentino sostuvo que “la causa del hambre del mundo es la pobreza y la injusta distribución de la riqueza” y ratificó el compromiso de la Argentina de “incrementar en los próximos diez años la producción de granos en un 60%, respecto a los 100 millones de toneladas actuales, y lo hará de manera sustentable, equilibrada y resguardando la biodiversidad”.Domínguez destacó que “el BRIC más Indonesia, acompañaron la postura de la Argentina”.
Los resultados de la cumbre agrícola fueron tibios, con pocos avances concretos que impulsen la producción de granos o que limiten la especulación financiera que altera sus precios. (Fuente: Tiempo Argentino).
No hay comentarios:
Publicar un comentario