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jueves, 9 de junio de 2011

El satélite argentino SAC-D Aquarius ya empezó su cuenta regresiva

El viaje se pospuso 24 horas, hasta mañana a las 11:20. Lleva paneles solares realizados en el país. Medirá la salinidad de mares, la humedad del suelo y elaborará alertas tempranas de inundaciones. Entrevista a Daniel Caruso, jefe del proyecto.

Mañana a las 11:20, hora argentina, se producirá un nuevo hito para la comunidad científica nacional. Luego del conteo clásico, se lanzará al espacio desde la Base Vandenberg, en California, un satélite argentino que funcionará con paneles solares íntegramente fabricados en nuestro país, que estarán expuestos a una “amplitud térmica” de 100º C, entre los -50º C y los 50º C. El SAC-D Aquarius es el más grande y complejo de los cuatro lanzados en cooperación con la Agencial Espacial Estadounidense (NASA). Demandó 60 millones de dólares del Estado Nacional (sumado a otros 260 millones de los EE UU), y medirá tanto la salinidad de mares y océanos como la humedad del suelo a gran escala, que permitirá elaborar alertas tempranas de inundaciones como así también la aparición o dispersión de enfermedades. El lanzamiento estaba previsto para hoy, pero fue postergado para mañana por “inconsistencias menores en los parámetros de corrección por viento en el programa informático del lanzador de la NASA, Delta II”, informó Cancillería.
Horas antes del acontecimiento, el jefe del proyecto, Daniel Caruso, habló con Tiempo Argentino desde la base estadounidense, donde está acompañado de otros 15 compatriotas. El ingeniero, que encabeza el proyecto desde hace casi diez años, destacó que el SAC–D permitirá detectar alertas tempranas, por ejemplo, de volcanes.
–¿Cómo son los últimos preparativos?
–Esto es muy excitante. Está todo listo, todas las verificaciones ya se realizaron, hasta en forma duplicada, y comprobamos que funciona perfectamente. El satélite llegó a la base a fines de marzo, se hicieron los ensayos funcionales y el 19 de mayo se transportó a la torre de lanzamiento. Desde hace nueve días, está dentro de la cofia del cohete.
–¿Y la actividad previa al lanzamiento?
–El “countdown” (conteo) empezará cuatro horas antes del lanzamiento. Somos muchos organismos, toda la secuencia de coordinación necesita de dos horas y media y tenemos un margen de una hora y media. La ventana de lanzamiento es de cinco minutos, tiene que ser lanzado entre las 11:20 con 13 segundos y las 11:25, 13 segundos. Si no se pudo por razones climáticas o desperfectos, al otro día la ventana se mantiene similar. El martes tuvimos una “revisión del estado general para lanzar”, netamente exitosa.
–¿Qué sucede con el satélite desde el momento de su lanzamiento hasta que queda en órbita?
–El satélite inicialmente se lanza apagado. Unos cinco minutos después de la salida, se desprende la cofia del cohete que lo protege de la presión atmosférica y el calentamiento. Cuando llega a 90 kilómetros de altura, la cofia se abre y ahí el satélite se enciende. El lanzador lo separa 55 minutos después, del otro lado del globo terráqueo. Cuando el satélite lo detecta, todo su sistema se pone operativo. A los 60 segundos, se enciende un transmisor de forma automática, ahí entonces se espera recibir datos de su estado en la estación de Malindi, Kenya. Y 30 segundos después se desplegan los paneles solares. El lanzador lo deja orientado apuntando al sol con cierta precisión.
–¿Qué velocidad toma el cohete?
–Cuando llega a la órbita lo hace a 7,5 kilometros por segundo. Quedará a 675 kilómetros de altura. A las seis horas y media vamos a tener el primer contacto desde Córdoba. Ahí vamos a poder bajar todos los datos almacenados de las otras estaciones, allí se los procesa, se los elabora y se los distribuye.
–¿Cuáles son los riesgos típicos?
–El riesgo típico es que el lanzador no se desempeñe correctamente, pero el que usamos está muy probado, ya tiene 180 lanzamientos previos. La configuración del software ya se utilizó en otros 51 vuelos anteriores. Después son especiales las primeras órbitas. Los primeros días lo vamos a monitorear.
–¿Cuál es la vida útil del SAC–D?
–Es de cinco años, pero tiene suficiente energía a bordo y combustible para cubrir otros cinco con creces. El SAC-C fue diseñado con vida útil para cuatro años y ya lleva diez años y medio volando. El SAC-D es el cuarto con la NASA y tiene un desafío mayor, porque cuenta con ocho instrumentos. Es aproximadamente dos veces y medio más grande que el C, y consume tres veces y medio más de energía. Además, la capacidad de generación de datos es casi cuatro veces más alta, y lleva instrumentos muy complejos, como el Acquarius, el principal, un radiómetro de mucha sensibilidad. Y es el primer satélite que va a usar el ensamble de paneles solares hechos en la Argentina. Un orgullo muy grande.
–¿Qué elementos detectará el SAC-D?
–Observará la salinidad en los mares, que ayudará a conocer el cambio climático, la distribución del hielo en el Mar Argentino. Se podrá monitorear barcos pesqueros, obtener información valiosa para rescatar los barcos que estén en riesgo, saber la velocidad del viento y hacer seguimiento de incendios y de volcanes, que ya nos está afectando en este momento. Alertas tempranas sobre estos eventos permiten aumentar nuestros controles inmediatamente. La idea es poder llegar a tener un mapa de temperatura de suelo con cierta precisión cada tres o cuatro días. Los datos se compilan en Córdoba y el producto final se pone en Internet a disposición de toda la comunidad internacional de usuarios. (Fuente: Tiempo Argentino).

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