CORRIENTE NACIONAL Y POPULAR

"QUIENES ESTUVIMOS, ESTAMOS Y ESTAREMOS SIEMPRE CON EL MODELO NACIONAL Y POPULAR"

OPINIONES





La presidenta Cristina Fernández puso ayer en el freezer su eventual lanzamiento para una reelección y ridiculizó además la posibilidad de una reforma constitucional para una segunda reelección, al señalar que eso era imposible porque ni siquiera obtuvo los votos necesarios en el Parlamento para sancionar el Presupuesto nacional 2011.
Parecía obvio que no daría señales claras sobre su eventual postulación para ser reelecta en octubre, ya que no habló sobre un escenario partidario, sino en uno institucional poco propicio para ese tipo de definiciones. Pero lo que intranquilizó a quienes esperan ansiosamente un gesto presidencial en sentido positivo, es que no sólo planchó el tema, sino que pidió “que no se hagan los rulos”. Podría no haber dicho nada sobre su reelección, pero fue mucho más allá con sus comentarios.
Cristina Fernández señaló que no era tiempo aún de ponerse a discutir candidaturas, ya que el gobierno debía abocarse a resolver cuestiones aún irresueltas pese a los avances económicos y sociales logrados en los últimos siete años. Es cierto que no hay nada más odioso para el ciudadano de a pie que un político haciendo discursos y dejando de lado sus obligaciones de gobierno. En todo caso, la campaña electoral oficialista no es otra que la misma gestión del gobierno, que este año incluirá –entre otras cosas– la extensión universal por hijo a partir de los tres meses de embarazo, el estatuto del peón de campo para terminar con el trabajo esclavo y la ley para impedir la extranjerización en la tenencia de la tierra.
La negativa de la presidenta a hablar de su eventual reelección fue tan tajante que nadie espera ahora que pueda dar alguna señal positiva dentro de diez días en la cancha de Huracán, en un acto en el cual se recordará un nuevo aniversario del triunfo de Héctor J. Cámpora en 1973. Sin embargo, quienes siguen sin dudar en que Cristina será candidata tienen una razón de peso: el kirchnerismo no tiene hoy otro cuadro que garantice la continuidad del modelo. El sólo hecho de un  octubre sin Cristina describe un escenario de orfandad para el kirchnerismo y abre posibilidades inexistentes hoy para la oposición.
Cristina dirigió un par de veces la palabra, la mirada y el recuerdo hacia la banca contigua a la del presidente del bloque del Frente para la Victoria. Desde allí seguía el ex presidente Néstor Kirchner las exposiciones de su compañera durante las Asambleas Legislativas. Pero la muerte quebró el juego de “pingüino o pingüina”. Hoy, más allá incluso de sus deseos personales, la única candidata oficialista es pingüina. Otra posibilidad no existe ni en chiste. Por eso, aunque Cristina pida que “no se hagan  los rulos”, el kirchnerismo seguirá rizando el rizo.

Publicado por: Tiempo Argentino el 02/03/2011.





El gobierno de Cristina Kirchner tendrá falencias y limitaciones, pero no escapa al análisis del politólogo menos despierto que si algo hizo bien es elegir a sus adversarios: la Mesa de Enlace (que pese a la híper-renta de la que goza el sector se maneja con bolsones de negreo y trabajo esclavo que horrorizan aun a los antikirchneristas), la Iglesia de Bergoglio (que pretende imponerle al conjunto social su mirada sobre las relaciones amorosas, que atrasa 50 años), Techint (empresa trasnacionalizada que mudó sus sedes a paraísos fiscales), Clarín (un grupo que perjudica el derecho a la información de la sociedad por su formato oligopólico y sus intereses comerciales) y los viejos represores del Partido Militar (que no se resignan a ser juzgados por las atrocidades del pasado), por citar sólo algunos –la lista es mucho más extensa– de los sectores del poder real a los que el gobierno enfrentó en los últimos años.
La –a veces– excesivamente plural propuesta ideológica del kirchnerismo, que reúne en su seno a grupos que cultural, social y hasta metodológicamente poco tienen que ver entre sí, encontró en el llamado a la batalla contra todo este viejo orden en estado de descomposición, la razón para mantenerse cohesionado detrás de los liderazgos de Néstor Kirchner –primero– y de Cristina –ahora–, resignando diferencias para sostener un rumbo que les permite soñar. Porque son esas mismas corporaciones, ahora enemigas del oficialismo, las que lo impidieron durante décadas.
Cuando la presidenta, en su discurso de ayer ante el Parlamento, dijo que estas corporaciones ya no manejan la política ni la Casa de Gobierno, la oposición no aplaudió. Fue un signo de mezquindad, claro, pero sobre todo de incomprensión de la encrucijada histórica que atraviesa toda la sociedad. Este desplante no va a ser leído por sus votantes como un gesto de independencia, no se equivoquen: los brazos caídos sólo reflejan subordinación. 
El futuro, por supuesto, genera incertidumbre.
Lo que ya no genera dudas entre los argentinos es que vivir de rodillas trae cualquier cosa menos la felicidad que prometen los que una y otra vez agacharon la cabeza frente a estas corporaciones.
Lo aprendimos con dolor. Pero ahora ya lo sabemos.

Publicado por: Tiempo Argentino el 02/03/2011.






Fue un muy buen discurso, muy sólido y profundo. Hizo un balance sobre los pasos positivos dados y sobre el impacto que ha tenido el año 2010, el año del Bicentenario, en el crecimiento de la Argentina. Un balance positivo que, por supuesto, nosotros compartimos. También ha establecido una agenda de debate de temas que están pendientes y que se van a poder concretar a partir de esos pasos dados. Destaco la importancia que le dio a la centralidad de la política en el debate democrático. La presidenta reforzó la necesidad de no dejarse llevar por la presión de las corporaciones y que la construcción del país que soñamos depende de ese rol central de la política por encima de la presión de los grupos concentrados.

Publicado por: Tiempo Argentino el 02/03/2011.






Finalizando su mandato, la presidenta Cristina Fernández nos muestra resultados concretos que son la prueba fehaciente de que la política es la verdadera herramienta de transformación social. Esto nos alienta a fortalecer nuestros esfuerzos por profundizar el Proyecto Nacional y Popular que comenzó Néstor Kirchner y darle continuidad con un nuevo mandato de Cristina.
El gobierno de Néstor y el de Cristina ha demostrado que es posible sortear la trampa del “no se puede”. Ahora hay que avanzar. Recuperamos el empleo, pero falta recuperar la calidad del mismo. Cristina le ha dado al debate y la decisión parlamentaria un lugar fundamental en todos los temas relevantes para el país, dotando a la Argentina de más democracia e institucionalidad.

Publicado por: Tiempo Argentino el 02/03/2011.
 

La utilización de las encuestas privadas

Por Alicia Kirchner.
Ministra de Desarrollo Social.

Frecuente es leer titulares catástrofe de los medios monopólicos de comunicación donde se toman, como dato indiscutible, los estudios realizados por consultoras privadas que luego no se condicen con la realidad.
La utilización de encuestas e informes realizados por consultoras privadas son una herramienta muy importante en el campo de las ciencias sociales, pero también pueden convertirse en un insumo manipulado con distintas intencionalidades. Nuestro país vive una verdadera transformación en su desarrollo industrial y productivo, un crecimiento interno y externo reconocido internacionalmente, una vuelta al trabajo en todos los sectores de nuestra sociedad, con una recuperación y restitución de derechos que los sostenedores del credo neoliberal en la década de 1990 nos habían conculcado. Volvimos a discutir los derechos de las personas y no los de los consumidores. Pero quienes han perdido sus privilegios pretenden minimizar los logros alcanzados con el esfuerzo de todo el pueblo argentino.

Frecuente es leer titulares catástrofe de los principales medios monopólicos de comunicación donde se toman, como dato indiscutible, los estudios realizados por consultoras privadas que luego no se condicen con la realidad. Así, observamos cómo distorsionan indicadores relacionados con la variación del índice del nivel general de precios mayorista y minorista, con la estimación del ajuste por la fórmula de la movilidad jubilatoria, con la evolución del Producto Bruto Interno (PBI), la inversión y el consumo, la tasa de desempleo y pobreza, como también con los pronósticos de hipotéticos escenarios como ser el supuesto quiebre de la ANSES, luego de la estatización de los recursos de los trabajadores, el “aislamiento internacional” que ocurriría producto de la renegociación de la deuda externa entre otras variables, las que, posteriormente, resultaron muy alejadas de los pronósticos alarmistas.

La pregunta que uno debe hacerse es por qué estas empresas y “especialistas” siguen teniendo demanda cuando sus conclusiones fueron tan erradas. ¿Por qué el mercado no los castiga dejando de solicitar sus servicios? ¿Por qué los medios monopólicos siguen consultando estas fuentes? La respuesta está a la vista: los demandantes no están detrás de la calidad de la información, sino de la falsa legitimización de una realidad virtual a construir, que ponga palos en la rueda a la profundización del proyecto Nacional y Popular.

En la batalla por recuperar el rol del Estado como garante del bienestar general en los temas centrales de nuestra sociedad, es importante transparentar los mecanismos que desde el sector privado se prestan, desde la aparente certeza técnica y la “objetividad”, a la operación mediática con el único fin de manipular la opinión pública.

Como es reconocido por las mismas consultoras privadas y aun por el Fondo Monetario Internacional (FMI), es el Estado y su capacidad quien puede elaborar estadísticas con sentido federal y profundo. Difícilmente una empresa privada podría consolidar la información detallada de universos complejos y de gran amplitud. Tampoco es fácil de igualar el tamaño de la muestra realizada por el organismo público. Ignorar estos elementos es construir información con fuentes parcializadas y recortada con una clara intencionalidad política y también económica.

La metodología utilizada para construir un indicador es algo por demás importante para establecer su confiabilidad. Por ello es que la Secretaría de Comercio Interior, en pleno acto de sus atribuciones, quiere conocer, entre otras cosas, si la medición de precios privada fue calculada con una muestra representativa para la escala nacional. Saber cómo miden los índices las consultoras tiene un alto grado de reivindicación de la verdad. Por el contrario, no saber cómo se llega a esta información esconde intencionalidad y manipulación.

Ante esto y frente la necesidad de desandar los caminos poco transparentes de la Argentina virtual, construida con dudosas encuestas, el mejor respaldo que una consultora puede tener es informar sus procesos y metodologías de investigación. Porque ya no se dudará de esos informes, o porque simplemente se pondrán límites al uso y la manipulación de sus resultados, y quienes contraten esas mediciones deberán saber que ya no hay espacio para la mentira.

Hay también una sociedad más crítica que se anima como nunca a expresar sus opiniones, a disentir y acompañar, que empieza a exigir información veraz, una sociedad cada vez más madura que reconoce los alcances de las políticas públicas y sus deudas. Deudas acumuladas por décadas que este modelo de país está saldando, con más inclusión, generando dignidad y exigiendo a todos la responsabilidad que nos toca.

Debemos tomar conciencia que las falsas noticias generan expectativas negativas a través de la publicación de pronósticos poco serios. El agravante es que las consecuencias no son obstáculos para el gobierno, sino para el país. Parece que a sectores de la oposición política y mediática poco les importa incurrir en tal daño. Las propuestas que se escuchan de parte del arco político obstructor son poco claras. Sería interesante que ciertos sectores transparenten sus verdaderas intenciones. Desacelerar el proceso de desarrollo económico con inclusión social es su verdadera intención, situación que los argentinos ya sabemos conduce al aumento del desempleo y a la inestabilidad social y económica para las mayorías.

Justamente, lo que estamos viviendo en estos momentos es la puja entre dos modelos de países, dos proyectos antagónicos. Uno que ya demostró su fracaso una y otra vez, y sin embargo, moribundo sigue insistiendo en beneficiar a unos pocos privilegiados. En el otro extremo está la Argentina actual que reivindica y trabaja por el bienestar para todos los argentinos.

Publicado por: Tiempo Argentino el 28/02/2011.

“Su posición terminó agotando a la opinión pública”




La Mesa de Enlace tuvo buena imagen hasta un tiempo después de la Resolución 125. Pero ocurrió un fenómeno que pocos señalan y que nosotros hemos estudiado: el agotamiento de la sociedad, que consideró que el tema ya estaba superado. Pero la continuidad del conflicto por parte de la Mesa de Enlace, el hecho de que se mantuviera en una posición beligerante, no le agregó valor a su posición, sino que le restó.
Hay que tener en cuenta que ante la opinión pública la Mesa de Enlace aparecía como la que más claramente exponía su posición confrontativa y que se manifestó en los últimos tiempos en una serie de medidas de fuerza diversas justificadas en variados motivos. Para la opinión pública, el voto no positivo de Julio Cobos fue la conclusión del problema agrario. En la lógica con que funciona la opinión pública, la continuidad del conflicto había perdido sentido, por lo que a medida que la Mesa de Enlace ensayaba nuevas posturas de diferenciación, más se alejaba de esa opinión pública a la que quería convencer.
Si en la última reunión de la Mesa primó una comunicación al público más amistosa con el gobierno, tiene que ver no sólo con saberse en retroceso sino también con los conflictos internos que sacuden a esa organización. La Mesa de Enlace ha perdido homogeneidad de pensamiento y de acción. La 125 hoy es prehistoria, los precios agrícolas internacionales se encuentran cerca del récord. Ellos ganan mucho dinero y saben que todos lo sabemos.

Publicado por: Tiempo Argentino el 28/02/2011.


“Era el símbolo de un Estado ineficaz que no podía terminar una obra clave para el país”




Yacyretá era el símbolo de un Estado ineficaz que no podía terminar una obra sumamente importante para el país. Además, no trabajar en la cota programada generaba problemas de estructura en la central. Entonces, por un lado se concluye una obra tal como fue diseñada, y por el otro se aporta a la generación hidroeléctrica, una fuente de energía renovable. De este modo, nos hace consumir menos gas, y nos pone en campaña para seguir haciendo obras hidroeléctricas, que es lo que está haciendo este gobierno, algo que hay que reconocer más allá de los distintos colores políticos. Creo que este gobierno tomó algunas decisiones importantes en materia energética, como la finalización de las obras en Atucha II, las conversaciones con Brasil por el proyecto Garabí e inversiones en obras hidroeléctricas. Se calcula que Argentina está utilizando cerca del 22% de la capacidad potencial hidroeléctrica que tiene el país. Es muy importante, dentro de nuestra matriz energética, que comencemos a aumentar este porcentaje.

Publicado por: Tiempo Argentino el 21/02/2011.

“Ahora se podrá utilizar toda la energía del diseño original”




Se trata de la finalización de una obra conforme a sus parámetros de diseño originales, que son alcanzar la cota de 83 metros. Lamentablemente, durante la década de 1990, en lugar de terminar la obra se decidió llevarla a la cota de 76 metros y hacer una inauguración parcial donde no se aprovechaba toda la energía que había sido proyectada originalmente, que eran 20 mil GWh. En cambio, esta inauguración permitirá ahora utilizar toda la potencia y extraer toda la energía del diseño original. Si uno lo compara con respecto a la energía que generaba Yacyretá hacia fines de los ‘90, estamos aportando 7000 GWh adicionales, que aproximadamente son un 6% de toda la demanda anual de energía eléctrica en la Argentina. Ese es el aporte cuantitativo de esta inauguración. En lo que respecta a la generación de energía eléctrica, Yacyretá aporta aproximadamente el 17% de todo el sistema. Es importante, porque con esto llega Yacyretá a su terminación total, ya que hasta ahora funcionaba de forma parcial.

Publicado por: Tiempo Argentino el 20/02/2011.

Políticas de defensa en clave nacional




El cruce diplomático con los Estados Unidos luego de que se encontrara carga no declarada en un avión de la Fuerza Aérea estadounidense, abre la discusión sobre los acuerdos de cooperación en materia de defensa y seguridad que ha suscripto la Argentina con determinados países.
En este sentido, no sólo es necesario revisar dichos convenios sino que tenemos por delante el gran desafío de generar nuevas políticas desde una perspectiva regional, fundamentalmente a partir de la constitución de la Unasur. Para esa tarea nos encontramos en un inmejorable momento ya que el mundo unipolar está atravesando una transición hacia un mundo multipolar en el que la hegemonía estadounidense ha sido puesta en cuestión. Y también cabe remarcar la gran ventaja de que la región sea una zona de paz marginal al conflicto que domina la agenda internacional.
América Latina ya no es el patio trasero de los Estados Unidos, como solía serlo en décadas anteriores cuando cumplía a rajatabla sus directrices sin el menor cuestionamiento. Los países sudamericanos han comenzado a pensarse desde su propia historia, tradición común y espacio geográfico. Deliberadamente se han propuesto abordar sus crisis a través de sus propias iniciativas sin la intervención de terceros; y los sucesos acaecidos en los últimos años han dado sobradas muestras de la creciente autonomía de la región en la resolución de sus conflictos.
Este es el espíritu que ha guiado la creación del Consejo Sudamericano de Defensa cuyo propósito principal es contribuir a la construcción de una política de defensa propia en la región que respete la soberanía nacional de los Estados miembro y que además profundice y consolide la integración regional.

Publicado por: Tiempo Argentino el 20/02/2011.

“Los medios se alinearon sin vacilar”




Cuál es el objetivo de un medio de comunicación? ¿Difundir noticias basadas en hechos, o instituir ideología aunque para ello haya que deformar la realidad hasta el disparate? Preguntas hoy vigentes, desde que las corporaciones periodísticas han desnudado su verdadero oficio de operadores políticos.
En 1975, el general Acdel Vilas montó una cruzada criminal, el Operativo Independencia y una campaña de propaganda con los medios alineados sin vacilar. Algunos porque compartían las ideas. Otros, por terror: en julio de 1975 fue secuestrado Maurice Jeger, periodista de La Gaceta. La empresa no movió un dedo para averiguar qué le ocurrió a su empleado. Un año después el periodista de Canal 10 Eduardo Ramos desapareció para siempre. Ya no estaba el “peronista” Vilas, sino el “liberal” Antonio Bussi.
Desde entonces, no hubo más periodismo –qué paradoja– en los medios periodísticos. Bussi aparecía en el diario y el noticiero con uniforme de combate pero sin armas, como si bastara su mirada de tigre para acobardar al enemigo más templado.
Y cada mañana se publicaba una nómina de muertos en combate, con los nombres de los que anoche habían sido fusilados a sangre fría. ¿Quién entregaba esos informes?  Y, ¿quién los recibía y publicaba sin siquiera averiguar, y confirmar –como enseñan en las escuelas de comunicación– al menos en tres fuentes?
El periodista Joaquín Morales Solá deberá responder varias preguntas mañana, como testigo de la megacausa “Operativo Independencia”. No vendrá a Tucumán, sino que declarará en los tribunales federales de Comodoro Py, a pedido del Tribunal Oral Federal de esta provincia.
Joaquín era en esa época cronista de La Gaceta y corresponsal de Clarín en Tucumán. Acompañaba a Vilas en sus operaciones, lo que revela una foto nada menos que en la Escuelita de Famaillá, el primer centro clandestino de detención y muerte de todo el país.
Las preguntas que preparó la Cámara Federal son: a) ¿Qué hacía en un centro de torturas por donde pasaron más de 1500 desaparecidos? ¿Qué vio allí? b) ¿Qué control ejercía La Gaceta sobre la información de enfrentamientos, cuando en realidad eran secuestros seguidos de muerte? ¿Alguien chequeaba esos datos? ¿Qué disponía la línea editorial sobre estas cuestiones? c) ¿Conocía el destino de su compañero Maurice Jeger? d) ¿Se recibían denuncias de violaciones a los derechos humanos? Si así era, ¿qué tramite se les daba?
Morales Solá alegará, seguramente, que era un simple cronista que cumplía órdenes. Pero su eficiente tarea le valió la mudanza a la sede porteña de Clarín. Hoy, desde La Nación y TN se indigna tanto, pero tanto, como no lo hacía cuando iba de visita a la Escuelita de Famaillá.

Publicado por: Tiempo Argentino el 20/02/2011.
“Cada nieto recuperado es la prueba de la magnitud de este crimen”





Hace más de 14 años, cuando las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, así como los indultos de Menem, mantenían sus efectos y garantizaban la impunidad de los genocidas, las Abuelas de Plaza de Mayo provocaron un hito en su larga lucha, junto a gran parte de la sociedad y otros organismos de Derechos Humanos, para alcanzar un poco de verdad y justicia. Denunciaron entonces a los principales responsables del terrorismo de Estado por la apropiación de sus nietos, crimen atroz que había quedado por fuera de aquellas leyes de impunidad y de los nefastos indultos.
La causa que se iniciaba no sería sencilla: ya en el Juicio a la Juntas Militares se había imputado a algunos de los comandantes seis hechos de apropiación de niños, pero la Cámara Federal había entendido que el delito de apropiación de niños sólo había ocurrido “ocasionalmente”, considerando probado sólo uno de esos seis casos y absolvió a los dictadores por estos crímenes.
 Pero el propio trabajo diario de las Abuelas desmintió esa afirmación de la Cámara (que hay analizar en el acotado número de casos a los que se avocó en  aquel histórico juicio), ya en el momento que efectuaron la denuncia más de 40 nietos habían recuperado su identidad. No hay mejor prueba de la magnitud de estos crímenes y de su sistematicidad que cada uno de los nietos restituidos.
Así fue posible que Videla, Massera y compañía fueran detenidos y tuvieran que brindar una explicación a la justicia por estos hechos. Sin embargo, a diferencia de la actitud que adoptaron respecto de los secuestros, torturas y asesinatos de los militantes populares, crímenes respecto de los cuales “reconocieron” genéricamente su responsabilidad y pretendieron justificar bajo el argumento de la “lucha contra la subversión” y la “guerra civil”. Jamás aceptaron haber establecido distintos mecanismos para cortar los vínculos entre aquellos militantes desaparecidos y sus hijos más pequeños, en una suerte de eugenesia social.
Con la anulación de las leyes de impunidad y de los indultos, este proceso pasó a tener otra relevancia: dejar establecido para la historia, con la fuerza simbólica y social de una sentencia judicial, que aquellas apropiaciones de niños no fueron “ocasionales” ni decisiones individuales de algunos oficiales o suboficionales, sino que respondieron a una definición de sus máximas autoridades, algunas de las cuales estarán en el banquillo de los acusados desde hoy.
En el camino desde aquella denuncia hasta este juicio histórico, otros represores murieron impunes. Pero también muchos otros jóvenes recuperaron su identidad, llegando al día de hoy a 102.
Será entonces la última oportunidad para que los genocidas les digan a las Abuelas donde están sus nietos, los 398 que seguimos buscando.

Publicado por: Tiempo Argentino el 28/02/2011.




Si un conflicto interno amenaza al país, es lícito aplicar un “estado de excepción’. Y el Ejército en las calles lo es. Pero si no posee reglas ni fecha de vencimiento, dicha medida deviene en una excepcionalidad de facto.
 
Es de dominio público que las fantasías presidenciales de Eduardo Duhalde incluyen grandes planes para las Fuerzas Armadas. Junto a su confeso anhelo de frenar los juicios por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura, el ex bañero de Lomas –quien en vísperas del golpe de 1976 fue un ocasional informante del Batallón 601– también postula el empleo de militares en tareas de seguridad interior y su intervención en el conflicto social. Para él es un hecho menor que los organismos abocados a la defensa nacional tengan vedada por ley su competencia en semejantes labores. Revertir tal obstáculo es nada menos que un eje de su campaña electoral. Al respecto, y sin ruborizarse, suele afirmar: “A los militares hay que convocarlos en la lucha contra el delito violento, como en México”. Lo cierto es que no pudo hallar un ejemplo menos atinado.
Durante la mañana del 9 de febrero, el presidente mexicano Felipe Calderón, quien es célebre por su gran apego a la dramaturgia, inició la conmemoración de la Marcha de la Lealtad con una cabalgata desde el Castillo de Chapultepec hasta el Palacio Nacional, escoltado por una profusa formación de cadetes del Colegio Militar, tal como lo hiciera Francisco Madero hace 98 años. Más allá de dicha efeméride, la puesta en escena significó un guiño para el Ejército en su lucha contra el crimen organizado y, por ende, también fue una afirmación de triunfalismo.
A esa misma hora, los noticieros locales informaban sobre la ejecución de ocho personas por tiradores que iban a bordo de camionetas, en el municipio de Nezahualcóyotl, ubicado a escasos kilómetros del sitio en el que Calderón montaba su brioso corcel. Aquel miércoles se reportó un total de 50 muertes en diez estados por ajustes de cuentas, atentados con explosivos y operativos de seguridad. Tal es el promedio diario de asesinatos en lo que va del año. En tanto, durante 2010 –según el Consejo de Seguridad Nacional– se registraron 15 mil crímenes cometidos en idénticas circunstancias. Ese número representa casi la mitad de las ejecuciones efectuadas desde diciembre de 2006 –unas 32 mil–, cuando tras asumir la primera magistratura, Calderón tuvo la ocurrencia de convocar a las Fuerzas Armadas para su ofensiva contra los cárteles de la droga. Es por demás significativo que en los once meses anteriores de aquel año sólo se hayan cometido unos 603 asesinatos de este tipo. Ello tiene su lógica. Ocurre que la “declaración de guerra” de Calderón al narcotráfico desató tres conflictos bélicos simultáneos: el de los cárteles entre sí por el control de los territorios; el de los Zetas (organización integrada por desertores del Ejército), que financian su ingreso en el negocio de la droga con robos y secuestros, y el de los militares contra los propios ciudadanos. Esta última contienda, por ser obra de una fuerza del Estado, merece una lectura especial.
Desde el punto de vista legal, la Constitución de México establece que si un conflicto interno amenaza al país, es lícito aplicar un “estado de excepción”. Y el Ejército en las calles lo es. Pero si ello no posee reglas precisas ni fecha de vencimiento, dicha medida deviene en una excepcionalidad de facto, en la que tal anomalía se torna natural y cotidiana. Sobre esta base, justamente, cabalga la dialéctica del autoritarismo, junto a su correlato fáctico: la suspensión de las garantías individuales y las violaciones de los Derechos Humanos. Tanto es así que, a más de cuatro años de la intervención militar, el gobierno federal ahora pretende blindar los atropellos de los uniformados con una reforma retroactiva de la Ley de Seguridad Nacional, con el objetivo de “cubrir lo que ya se hizo”. Motivos no le faltan.
   En enero de 2010, el embajador estadounidense en México, Carlos Pascual, envió al Departamento de Estado un cable –filtrado por WikiLeaks– en el que cuestiona con dureza la capacidad operativa del Ejército contra el narcotráfico. Entre otras consideraciones, señala: “Sólo el 2% de los detenidos por militares en Ciudad Juárez ha sido responsabilizado de un crimen.” En otras palabras, el 98% restante estuvo bajo arresto –y sometido a bestiales interrogatorios– sin que haya cometido delito alguno. Gajes del olfato castrense.
Ya a principios de 2007 trascendió que, tras una emboscada a una unidad del Ejército en el Estado de Michoacán, los soldados torturaron  y violaron a cinco pibas de entre 14 y 17 años, además de arrestar ilegalmente a unas 36 personas cuyas casas fueron saqueadas. La pesquisa para dar con los autores del ataque narco derivó en una represalia indiscriminada contra la población. Lo cierto es que para las autoridades fue muy embarazoso reconocer que ese había sido el bautismo de fuego del Ejército en la “guerra santa” de Calderón.
Desde entonces –de acuerdo a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH)–, se han presentado 4944 denuncias contra las Fuerzas Armadas por saqueos, torturas, asesinatos y desapariciones forzadas de personas. Claro que no fueron “excesos” ni “daños colaterales”, sino un estilo de trabajo. Un estilo basado en la creencia de que la sociedad civil es la retaguardia del “enemigo”. En ello cifraban los represores latinoamericanos de los ’70 su estrategia para combatir a la guerrilla. “Sacarle el agua al pez”, solían decir sus instructores.
Otros, a ese recurso, lo llaman lisa y llanamente “terrorismo de Estado”.
 En tanto, a una distancia sideral de semejante campo de batalla, Duhalde no deja de insistir: “A los militares hay que convocarlos, como en México.

Publicado por: Tiempo Argentino el 19/02/2011.